No voy a decirte con resuelta firmeza
que te quiero, aunque te quiera;
ambos sabemos que no es de mi certeza
tan afirmación como duda expuesta,
anhelante e insegura,
una pregunta que exige sin excusas
una respuesta rotunda.
Por eso no voy a decirte que te quiero,
aunque ya no piense en otra cosa;
va a ser malo que me digas
que tú también me estimas,
y no podamos amarnos.
Y mi pregunta silenciosa
se deshaga en momentos inventados:
juntos por el parque,
recopilando significados,
al montar en el tranvía
nuestros dedos enlazados,
estremecidos todavía
por el entusiasmo,
y programando escapadas
cuando nos estemos desnudando,
murmurar entre sonrisas
los eventos cotidianos,
hasta entrar bajo tu vientre
en tu cuerpo muy despacio,
etcétera.
No puedo decirte que te quiero
si no vamos a amarnos;
las palabras dicen palabras
pero no hablan por sí solas.
Huiré de tu sombra, de tu nombre, de tu voz.
Me quedaré encerrado en el invierno
de las letras, exhibiendo mi pudor.
Saguzarra
4 comentarios:
"encerrado en el invierno de las letras"
Un poco así estamos todos, voy a volver más despacio para verte mejor como Caperucita :)
Muchas gracias por tu presencia silenciosa en mi cueva donde eres muy bienvenido
oh my god!
este poema es una belleza!
En el invierno de las letras tampoco se vive mal.
Incluso hay días que muy bien.
Saludos.
En el invierno de las letras se encienden braseros como éste...
...y uno se siente agradecido de poder compartir instantes así, temblorosos, tantas veces vacilantes, pero vivos al fin y al cabo.
Me encantaron tus versos.
Mucho :)
Un abrazo amistoso, amigo.
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