¿Quieres que te saque los ojos?

La muerte nada es para nosotros, porque todo bien y todo mal residen en la sensación, y la muerte es la privación de los sentidos. (Epicuro)

No es que tenga reparos en musitar su nombre
No me dan miedo las palabras
Ya no creo en la magia simpatética

Yo me la imagino como la vieja del cuento
Que mi padre a veces nos contaba
Antes de que con otro argumento viniera a por él
Era una historia de hambre y huesos
Ocurrió después de la guerra
Una anciana mujer estaba al cuidado de un niño
El niño lloraba desnutrido
Pues la vieja bruja apenas le daba de comer 
Era avariciosa y no compartía su despensa
Los vecinos sospechaban que el niño pasaba hambre
Ella lo negaba y sonreía y le ofrecía pan y queso
Que el niño siempre rechazaba
¿Quieres pan, quieres queso?
Preguntaba la arpía en voz alta y clara y sibilina
Pero añadía con un susurro su corolario de terror
¿Quieres que te saque los ojos?
Y el niño huérfano lloraba
No quiero no quiero no
Es lo que todos escuchaban
Esa era la única verdad 

¿Quieres que te saque los ojos?
Creo que así se llama la muerte
Con nombre compuesto y vestido de amenaza

La muerte
Tantas veces la he invocado tantas noches
Muerte ven muerte ven
Ven ven ven y llévame
Pero no venía
Tantas noches de insomnio pidiéndola su favor
Pero no venía
Ven muerte ven
Para apartarme de este infierno de pseudovida
Avergonzada
Ven y llévame
Para dejar de sufrir por lamentarme de mis miedos
Para dejar de arrepentirme por lastimarme
Como si el dolor físico no fuera bastante castigo

Pero no siempre viene cuando se le llama
No hace caso
No viene siempre ni siempre igual
Un accidente de tráfico una desgracia laboral
O cualquier otro tipo de asesinato
No es como la enfermedad que predispone
El rostro sesgado
Y cada vez más quedo
Apenas piel sobre el cráneo

No tengo miedo a llamar a la muerte por su nombre
Pero ya no tengo qué decirle
En la fábrica de silencios hay suministros para el odio
La distancia que incrementa el volumen de la pérdida

No tengo miedo a pronunciar en voz alta su misterio
No me acompleja mi soledad desafiada
Lo que me asusta es recordar
Las personas perdidas
La rigidez del féretro
El vuelco interior
El silencio de cera

No quiero no ya no deseo que vengas
No vas a ser bien recibida
El dolor te deja indiferente
No es por eso por lo que merodeas
Solamente pasas a dejar constancia de tu poder
De la distancia
De la quietud
Del vacío
Y la nada

Tu rastro me condena maldiciendo
A vivir en el dolor o a elegir la mentira
O no pensar en tu poder o volver a las andadas
El dolor y el miedo en circuito retroalimentado
En este sueño te recreas
Y nuestros deseos menoscabas

Ahora sé que tu manto no libera
Tan sólo justifica atrocidades

Saguzarra

2 comentarios:

Adriana dijo...

esto es de publicarlo cuatrocientasmil veces en todos los manicomios del mundo.

para ayudar a los pobres suicidas a verla de frente y no ceder a su seducción.

impresionante...

Ximo Segarra "ACAPU" dijo...

Cómo me identifico con estas palabras... Duros tránsitos recorridos quedan atrás, ahora yo también digo:
"Ahora sé que su manto no libera
Tan sólo justifica atrocidades"

Un abrazo