recuerdos de la costa,
del oleaje y la fina
cosquilla de la arena;
recostada, me esperabas
y todo tenía sentido
─hacia ti,
las suaves cadencias.
Ahora la música es urbana
el desconcierto es nocturno
y sólo me quedan remedos,
parches de nicotina
en la humedad que
otras mujeres
ni son playa
ni son mar.
Saguzarra
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