enseguida;
la inspiración se desparrama al abrir el grifo,
la persigo,
salgo corriendo para escribir los nuevos versos
de un soneto
soltando de golpe en el agua la maquinilla, cruzo el pasillo a medio afeitar, la toalla se cae al suelo,
tropiezo,
y entonces me percato que he dormido en casa de mi querido
amigo
el viejo profesor que me ofreció quedarme tras una grata
velada
junto a su adorable familia que se alargó más de la cuenta, y apenas logro justificar sucintamente en dos palabras,
átomos dispersos, mi súbita intromisión inadecuada
desnudo y alterado en el dormitorio de su hija diciendo
«estoy enamorado», que obviamente ella malinterpreta
invitándome sin pudor a que pase y cierre la puerta.
Mis poemas favoritos son aquellos que no escribo,
imprecisos, imperfectos, pero logran un efecto;
los mejores siempre empiezan con un poco de torpeza.
Saguzarra
1 comentario:
ay fabuloso!!!
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