Investigación genealógica

He vuelto al pasado con la Contribución a la crítica de la economía política.
No he podido evitar pensar en el Art Noveau y las tiendas de Todo a cien. Todo tiene
origen materialista. Todo elemento es tergiversable, ya lo dijo Debord.
Karl Marx quiso dedicar El capital, a Charles Darwin. El origen de las especies es una
adaptación literaria de Malthus, Adam Smith y Comte.
El creacionismo no ha sido desterrado, aún se imparte en las escuelas hobbesianas,
donde también se aprende genética. Dios tiene otros nombres.
No hubo tiro de gracia a la teleología, Darwin no era ateo sino científico. Positivista
recalcitrante hasta el agnosticismo.
El abuelo de Aldoux Huxley, mucho antes de que su nieto imaginara Un mundo feliz
fordiano, hizo apología del struggle for life. Incluso como programa social.
Un naturista coetáneo como Kropotkin, un siglo antes de la teoría simbiótica de
Lynn Margulis, observó otros datos en El apoyo mutuo. Era anarquista.
Las leyes de Mendel, la doble hélice del ácido desoxirribonucleico, la sociobiología
de Wilson y las excepciones al dogma biológico. Parece que todo evoluciona. Pero ¿también progresa?
Richard Dawkins pide en El gen egoísta que no malinterpreten su paradigma de
supervivencia biomolecular, dice que votó por un gobierno socialista.
La teoría económica no quiere incertidumbres, por fin ha encontrado un nuevo
yacimiento.
A escala molecular, la reificación se invierte. Todo se volatiliza. La técnica funciona
en vacío: un aminoácido un bit un número son algoritmos financieros, letras en el bombo sempiterno, recombinando mensajes laputanos.
No hay motivo para la alarma sanitaria. Los alimentos transgénicos no causarán
muchos damnificados entre los consumidores por shock anafiláctico. Pero sí por expolio agrícola. Obsolescencia programada para la naturaleza.
El nuevo orden genetista mundial todo lo soluciona, desde la mala uva hasta la
sombra de murciélago: desequilibrio en el nivel de neurotransmisores por una actividad deficiente en el genoma de la felicidad. Un cambio de terapia, en vez de deshacer el hatillo donde uno es en los demás.
De los libros de Jorge Riechmann, distinguimos entre poesía y ensayo porque unos
están en verso. En todos habla de la vida, de las personas, de la conciencia.
Leo un recorte de prensa, érase una vez... Tres científicos españoles y uno francés
han conseguido detectar por primera vez en la sangre de un murciélago el virus de la rabia con técnicas de genética molecular.
La mordedura de murciélago transmite la rabia de sus entrañas. Los responsables de
la investigación han detectado el genoma del virus en la sangre y también en el cerebro, pulmón, corazón y esófago de quirópteros aparentemente sanos.
Sonrío con malicia, y el espejo me devuelve la sonrisa torcida.

Saguzarra

1 comentario:

Adriana dijo...

que cantidad de gente, es Usted un hombre muy culto sin duda...

:D